¿Cuándo fue la última vez que te paraste a pensar en la calidad de la fruta que consumes? Estamos muy acostumbrados a comprar este tipo de alimento, pero pocas veces reparamos en su origen, en el lugar, la forma y momento de cosechado, o si esa fruta que estamos a punto de comernos es propia o no de la estación del año en la que estamos. En este artículo de hablamos de la importancia de consumir fruta de calidad y te explicamos cuáles son los parámetros que determinan las que lo son y las que no.
¿Qué es una fruta de calidad?
Antes de adentrarnos en los motivos de la importancia de consumir una fruta de calidad, es necesario establecer qué entendemos como tal. La calidad en las frutas hace referencia a varias vertientes: la calidad organoplética (es decir, que cumple con los estándares a nivel de tamaño, textura, color, contenido de zumo, aporte nutricional, etc.); la calidad microbiológica (ausencia tanto interna como externa de hongos, bacterias y cualquier otro patógeno) y la calidad comercial (relativa a su forma de almacenamiento, transporte y distribución).
Para saber si una fruta es o no de calidad, podemos valernos simplemente de nuestros sentidos: la vista, el olfato y el tacto. Una fruta de calidad tendrá colores vivos, buen tamaño y formas regulares, mientras que si está pasada mostrará zonas marrones y tendrá un tamaño y forma irregulares. Si la fruta de calidad está realmente fresca, la notaremos firme y consistente al tacto; pero, si está pasada, sabremos que ya no es de calidad. Y, finalmente, el olor también podrá ayudarnos: el aroma de la fruta fresca es intenso, pero dulce; si detectamos notas amargas o ácidas muy penetrantes, será señal de que la fruta ya no está en su mejor momento.
La estacionalidad y su relación con la importancia de consumir fruta de calidad
El contenido nutricional de las frutas y verduras que comemos viene marcado en gran medida por el momento en que se cosechan: tan pronto como arrancas una fruta de un árbol o desentierras una hortaliza de la tierra, empiezan a perder valor nutricional. Por tanto, para poder consumir fruta de calidad es necesario que no se haya cosechado ni antes ni después de su punto óptimo de maduración, y que no tarde más de la cuenta en llegar a tu mesa. De lo contrario, perderá gran parte de sus propiedades.
La forma más fácil de garantizar el consumo de fruta recolectada en el momento oportuno es comprar fruta local de temporada, pero también es posible hallar fruta de muy buena calidad que no esté de temporada en nuestra región si se ha transportado de manera adecuada desde su lugar de origen.
El transporte, clave para poder ofrecer una buena fruta
Generalmente, si te comes una fruta «fresca» que no está de temporada, lo más probable es que se haya cosechado hace ya algún tiempo y que venga de bastante lejos. De esta forma, en ocasiones el producto se degrada durante el viaje y el aporte nutricional cuando lo consumimos es mucho menor que el de una fruta cosechada en el momento adecuado del año.
Los productos que tienen que viajar largas distancias se cosechan generalmente cuando todavía no están maduros para que terminen de madurar durante el viaje, lo que afecta a la calidad del producto. En Dorium entendemos la importancia de consumir fruta de calidad, y por eso recolectamos nuestras frutas en su punto óptimo de maduración y las transportamos inmediatamente en avión en las mejores condiciones de conservación, para reducir los tiempos de viaje y asegurarnos de que estén crujientes y jugosas cuando lleguen a nuestros consumidores.