El mango es una de las frutas más exóticas y deliciosas que existen. Tiene un sabor dulce, inconfundible y una textura exquisita. Lo mejor del mango es que es una fruta muy versátil que no solo puedes pelar, cortar y comer; de hecho, es posible agregarla a tus platos salados como el popular tartar y el poké. Pero hoy, desde Dorium, vamos a hablarte de otra forma de disfrutar esta fruta y te vamos a enseñar a hacer una mermelada de mango casera. ¡Perfecta para incorporar a tus desayunos, meriendas y cenas!
¿Por qué hacer mermelada de mango casera?
Hacer mermelada de mango casera tiene muchas ventajas. Para empezar, puedes controlar los ingredientes que utilizas, lo que te permite hacer una versión más saludable y libre de conservantes. Además, puedes ajustar la cantidad de azúcar según tus preferencias personales o dieta, creando una mermelada más o menos dulce según tu gusto. Por otra parte, la mermelada es muy fácil de preparar, necesitas pocos ingredientes y armarte con algo de paciencia. Te adelantamos desde ya, que el resultado te encantará.
Lo mejor de hacer tu propia mermelada de mango casera es que puedes disfrutar de ella en cualquier momento. Si utilizas mango maduro, los resultados serán perfectos: notarás todo el sabor de esta fruta, a la vez que un toque dulce y ácido. La mermelada que te proponemos elaborar es ideal para añadir a tus postres, para el desayuno e incluso, como complemento en algunas recetas saladas, si te gusta innovar en la cocina.
¿Cómo preparar la mermelada en casa?
Para esta receta necesitas:
- 300 gramos de mango maduro.
- 150 gramos de azúcar blanco.
- Una cucharada de zumo de limón.
La elaboración es bastante sencilla. Lo primero es pelar y trocear el mango. No necesitas cortarlo de manera uniforme, recuerda que se convertirá en mermelada. Una vez que lo hayas cortado, colócalo en un cazo, suficientemente amplio, acompañado del azúcar blanco y la cucharada de un limón. Mezcla todo muy bien y lleva el cazo a fuego medio-alto. Es muy importante remover cada cierto tiempo, hasta que la mezcla comience a hervir.
Presta especial atención a esta parte, pues la mermelada podría quedarse pegada al cazo en este punto. Cuando comience a hervir, entonces baja el fuego a medio-bajo y deja que siga el proceso de cocción durante unos 30-40 minutos, aproximadamente. El tiempo de cocción varía en función de tus preferencias. Sabrás que está lista porque la mezcla adoptará una apariencia y textura de mermelada. Si quieres que la mermelada casera de mango tenga una consistencia más firme, entonces te recomendamos añadir pectina en polvo durante los últimos cinco minutos de cocción. Además, de forma opcional, y para darle un toque distinto, es posible echar ralladura de limón.
Cuando la mermelada esté lista y dependiendo de tus preferencias, puedes dejarla tal y como está o pasarla por un procesador de alimentos para que tenga una textura sin trozos y sea más fácil de untar.
Por supuesto, no te olvides de probar la mermelada para asegurarte de que está lista. ¿Cómo? Te aconsejamos hacer la prueba del plato frío. Es una técnica que consiste en colocar un pequeño plato en el congelador durante unos minutos, luego deja caer una pequeña cantidad de mermelada en el plato frío. Si la mermelada se cuaja y se arrastra ligeramente al pasar el dedo por encima, está lista. Si aún está muy líquida, continúa cocinando y repite la prueba cada pocos minutos. Además, no te olvides de probarla para saber si el sabor es el deseado o si necesitas añadir más azúcar o limón.
La última fase es el envasado. Cuando la mermelada de mango casera esté lista, déjala enfriar un poco. Después, viértela en frascos previamente esterilizados y sella correctamente. Antes de almacenar los tarros en un lugar fresco y oscuro, es muy importante que la mermelada se enfríe por completo.
¡Y eso es todo! Ya tienes una deliciosa mermelada de mango lista para consumirla en cualquier momento. Recuerda que el mango, además de tener un sabor espectacular, es una fruta con grandes propiedades. El mango es rico en antioxidantes, vitaminas y minerales. En esta fruta encontramos vitaminas A y C, así como potasio, nutrientes esenciales que te ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la salud de la piel y hasta promover la salud ocular.